LOS PAISAJES NATURALES: LA REGION NATURAL CONTINENTAL
La costa corresponde a la franja occidental del territorio ecuatoriano, entre la orilla marina y la cota de 200 metros del pedemonte occidental andino.
Longitudinalmente encierra tres subdivisiones claramente definidas pero continuas de oeste a este. La orilla costanera, la cordillera de la costa y el interior fluvial.
La orilla costanera es un relieve continuo de playas y acantilados, con pequeños valles de ríos estacionales que se desprenden de la cordillera costanera e irrumpen transversalmente la subregión en su camino hacia el mar, arrastrando y depositando materiales socavados de la cordillera. Los ríos mayores dan lugar a estuarios amplios, con ensenadas, golfos, cabos y bahías a lo largo del perfil litoral. En el segmento sur, la orilla costanera presenta contactos próximos con los andes y la costa fluvial a través del mayor accidente del perfil costanero: el golfo de Guayaquil.
La cordillera de la costa es un arco litológico continuo desde el golfo por el sur hasta el rio Santiago en el norte. Crestas discontinuas, cuchillas, quebradas y valles interconectados dominan el paisaje interior de la cordillera, con abras o bocas de montaña hacia el océano y hacia el interior fluvial, en un paisaje de laderas empinadas, sesgadas y rampantes hacia uno y otro lado el macizo.
Y el interior fluvial, conocido actualmente como cuenca del río Guayas, es una red hidrográfica tupida y continua que transcurre paralela a los andes y al océano, hasta el golfo, pero con cuencas altas y transversales alimentadas además por los deshielos de la cordillera.
Formada a fines del cretácico, su geomorfología se configura definitivamente hacia el cuaternario, y durante el pleistoceno terminal ya se registra la presencia humana.
LAS ZONAS DE BIOTA
Es un paisaje dominado por la amplia variabilidad biótica del bosque tropical, con extremos de humedad de norte a sur y de este a oeste, en un paisaje que se resuelve en influencias aisladas y mixtas, donde el relieve juega también un papel importante en estas gradientes de humedad. Los extremos de humedad a su vez están influenciados por corrientes oceánicas. A su vez, la biota continental está íntimamente vinculada con la biota del mar océano, mediante cadenas alimenticias con base en el fitoplancton tropical que aportan las cuencas hidricas.
En este contexto de biota neotropical resulta extraño por decir lo menos la documentación de megafaunidos, cuyos restos esparcidos por la región, hasta ahora sólo parecen precursores de leyendas; resulta extraño por cuanto su hábitat corresponde a condiciones gélidas ausentes en los procesos geológicos locales.
LA DIVISION POLITICA ADMINISTRATIVA
El espacio regional es continuo, pero demarcado artificialmente por fronteras, considerando que algunos de los atributos geográficos y geológicos presentes funcionan actualmente como linderaciones naturales por convención.
LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES
El concepto de procesos socioculturales al que aludimos es un instrumento teórico que nos permite realizar abordajes de macroeventos, incluyendo las condiciones ambientales o paisajísticas en que estos tienen lugar. Un reciente abordaje considera que la resolución de problemas de desarrollo integra los tres componentes matrices del paisaje sub continental: mar-cordillera y bosque tropical.
EN LOS ALBORES DE LA POBLACION HUMANA INICIAL
El ser humano no se inicio en el continente actualmente denominado América y para cuando los humanos y humanas hacen su aparición el continente se encuentra en su plenitud natural. De norte a sur y de este a oeste, se encuentran, en los espacios continentales, pruebas del proceso ocurrido en la última etapa de glaciaciones en el periodo Geológico de la Tierra conocido como Cuaternario. Generado en el marco general del poblamiento a escala continental, en algún momento de fines del Pleistoceno, ca. 17000 años atrás, el neotrópico local recibe avanzadas humanas que logran encontrar las condiciones propicias para su instalación, con lo que se considera el inicio del poblamiento.
Hay todavía problemas en definir y caracterizar estas primeras poblaciones, cuál o cuáles son las vías específicas de ingreso, en el supuesto de que hubo más de una, y donde se instalan premonitoriamente. A su vez, cuál es la forma dominante que adquiere su instalación, cual es la fauna y flora específica con la que interactuaron y que formas inmateriales caracterizaban su modo de vida, asimismo si hubo alguna clase de vínculo con los ejemplares vivos de mega fauna, cuyos restos han sido documentados hasta ahora. A lo largo y ancho del continente, en los diversos países que actualmente lo conforman, hay restos que sugieren que este temprano proceso no ocurrió al mismo tiempo ni se resolvió de idéntica manera en los diferentes lugares que alcanzaron. Nuestro entendimiento de la opciones de continuidad y cambio que se presentaron y las formas en que se resolvieron está lejos de haber alcanzado una respuesta satisfactoria. No deja de ser básico para los diferentes esfuerzos investigativos que dicha comprensión no se alcanzara de manera aislada para cada país. Y estos es válido tanto para éste episodio cuanto para los posteriores.
LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES POSTERIORES
DE LA CONSOLIDACION DE LOS HABITAT HUMANOS INICIALES
Pero sin duda que estas poblaciones iniciales existieron, pues las formas más tempranas hasta ahora documentadas debieron de haber tenido un precedente, pues su estudio indica la existencia de formas aldeanas precursoras, que interactúan entre formas arcaicas de economía agrosilvopesquera. Los argumentos plantean la existencia de modos de vida con elementos ceremoniales que incluye entierros elevados y concentrados, con esbozos de estructuras alzadas a partir de elementos vegetales tropicales. Encontramos lasa formas precursoras de uso cultural del relieve, pues en ciertos montículos naturales concentran sus difuntos y localizan sus entierros por encima del nivel circundante.
Estas poblaciones, identificadas genéricamente como “Cultura Vegas”, como el patrón de existencia más temprano documentado hasta el presente, solo han sido documentadas en la puntilla de santa Elena, y se remontan por ahora hasta el Holoceno inicial. Ocupan tierras irrigadas estacionalmente y tienen el mar y bosque tropical a distancia próxima.
Incluso hasta el presente no se han establecido claramente vínculos con los procesos posteriores identificados como “cultura Valdivia”, no obstante de que éstos ocurren en el mismo escenario geográfico. Aunque parece obvia su relación de precedencia, la claridad de entendimiento exige pruebas indudables del proceso.
LAS ALDEAS AGROSILVOPEQUERAS INICIALES
En todo caso, luego de la exitosa formulación de su posición cronológica temprana en el contexto continental y de varios aportes que han abundado en argumentos sobre su relevancia, el entendimiento de la cultura Valdivia logra su mejor aproximación en el emplazamiento conocido como Real Alto, costa norte del golfo, al sur de la puntilla, en el bajo valle del río Verde. Aquí queda claro que Valdivia es un proceso de al menos dos mil años continuos, coronados por los desarrollos que alcanzan las culturas posteriores de Machalilla y Chorrera -Engoroy. Con Valdivia la costa meridional se vuelve un centro de difusión con alcances continentales, pero será en particular en el área Andina próxima donde sus efectos tendrán mayor preeminencia.
¿Fue Valdivia heredera de los impulsos agrícolas de Vegas? ¿de su ritualidad? ¿De su tecnología? ¿De sus saberes?, ¿De sus genes? . Más allá de éstas respuestas, lo cierto es que la influencia de la agricultura en Valdivia es concluyente, sin dejar de lado el papel que la silvopesquería mantuvo; hay una fenomenología inmaterial claramente definida en el registro arqueológico, expresada en la presencia de montículos artificiales o prominencias piramidales ocupando lugares privilegiados, elaborados usos del espacio público y sepulturas de personas de género y nivel sociocultural distintivos. Aparece la arquitectura con alzado y amplio espacio interior subdividido por actividades y hacen su aparición y se mantienen durante todas sus fases un producto de cerámica que ha provocado largas y sesudas interpretaciones desde que Estrada formulara su existencia. Se las denomina “Venus de Valdivia”. Demasiado bien hechas para ser pasajeras y demasiado frecuentes para ser accidentales, estos figurines de género evidente todavía encierran misterios interpretativos. Son expresiones de una formación sociocultural que logra expandirse por toda la región y más allá llegando hasta los primeros pisos verticales andinos desde la Maná hasta Narrío. Bines de la sierra, como la piedra volcánica conocida como obsidiana hacen su aparición en la costa, con la cultura Valdivia. Bienes de la costa como la concha encarnada y lustrosa identificada como spondilus se encuentran en la sierra. Un elemento parece surge en esta etapa y son los medios de navegación. Lo prueba el hecho de que alcanzan islas de mar abierto y del golfo.
A partir de Machalilla parece iniciarse una cierta diversificación estilística de la costa, y en los próximos andes se notan los rasgos precursores de lo que serán las aldeas agro alfareras locales, que en Cotocollao de la sierra norte tienen su más lograda expresión. La influencia se siente incluso en la región oriental, actualmente conocida como amazonia. Esta diversificación alcanzará su clímax en la siguiente etapa cronológica.
Si bien estas culturas de Valdivia, machalilla y chorrera han sido catalogadas como etapas dentro de un mismo estadio o periodo, son muy pocas las respuestas existentes en torno a los problemas de sus vínculos procesuales. Para fines de esta etapa, las denominadas culturas Chorrera o Engoroy, expresiones de una tecnología cerámica depurada, están presentes en todo el occidente, ocupando las tres subdivisiones de la costa. Los estudios recientes a partir del sitio Peñón del Río indican que esta cultura desarrolla exitosamente una tecnología de control de inundaciones y mantenimiento de la tierra útil. La conocemos como camellones; son cementeras elevadas, pero también son un sistema de tabiques que permiten conservar más tiempo el agua dulce o evacuar los excedentes de agua. Y son también un sistema de senderos, al elevar la tierra por encima del nivel de inundación, facilitando el desplazamiento en ese medio. También hacen uso extensivo e intensivo de la elevación de tierras para otros fines. La elaboración artesanal de montículos de tierra había venido siendo una práctica desde las culturas precedentes, pero desde Chorrera es la mota o preeminencia basal que soporta una estructura alzada, un hueco o ambas.
LA EMERGENCIA DEL PODE DE SUJECCIÓN
Algo ocurre posteriormente. No se sabe a ciencia cierta, como en todos los casos anteriores y siguientes, que paso para que la cultura Chorrera sea reemplazada en ciertos lugares por una cultura diferente, pero de un desarrollo cerámico similar o superior; pero más allá de la tecnología cerámica, está en las formas presentes el misterio. Figuras mezcla de animal y humano, con posiciones y expresiones singulares; figuras humanas con atributos adicionales adosados al cuerpo humano, que se representa en posición flexionada o erguida que parecen ser atuendos y adornos especiales. Estas culturas conocidas como Guangala, Bahía, Jama Coaque, Daule-Tejar, Tolita, Jambelí se expresan además por la aparición de una nueva tecnología. Se trabaja metales y se usa sus productos. De todas ellas, la Tolita es la más estudiada, pero al igual que su contemporáneas lejos de haberse entendido del todo. Definida en la costa norte de ecuador y Sur de Colombia actuales, de ella se desprende que una bien formada y compleja formación sociocultural mantiene un amplio dominio espacial y subsiste a una bien lograda complementariedad ambiental-productiva, con vínculos que van más allá de su espacio circundante. El universo de figurines indica la existencia de una intensificación de los ámbitos inmateriales del modo de vida atribuido, pero aun así, los estudios solo han aportado insignificantemente a develar la profundidad sociocultural de su acontecer.
LOS EMPORIOS CACICALES DE LA COSTA
Y luego todo parece cambiar nuevamente. Por doquier un mismo estilo cerámico está presente y en grandes sectores de la costa tres son los estilos cerámicos que mayoritariamente existen: marrón bruñido, rojo pulido en bandas y “cocina de brujos” y que se reconocen por el lugar donde fueron inicialmente descritos. Manteño, Milagro-Quevedo y Huancavilcas. Ellos están presentes en los tres componentes regionales. Se han estudiado algunos restos y gran parte de lo que se conoce, es consecuencia de las ideas hispanas acerca de ellos, difundidas a través de los documentos forjados por estos.
Esta última consideración es también parte de los estudios del pasado. Es la larga noche colonial entre el siglo XVI al XIX.
Como podemos repasar en la síntesis previa, nuestro entendimiento de los procesos del pasado escenificado en los paisajes y actores originarios está lejos de haber alcanzado un nivel adecuado. Vacios e incertidumbres se revelan paso a paso cada vez que queremos afrontar explicacionalmente dicho pasado. En estas condiciones ¿Cómo podemos usar tal conocimiento para fines socialmente deseables, como es fortalecer la identidad cultural o dialogar interculturalmente con sus descendientes?. El gran esfuerzo realizado por el Gobierno actual de proporcionarnos un Inventario del patrimonio debe ser secundado, por un lado por un esfuerzo adicional que permita continuar con los principales esfuerzos investigativos detenidos y abrir otros, y fundamentalmente preparar los recursos humanos nacionales que permitan inteligenciar internamente los contenidos develados. Por otro propiciar un cambio de mentalidad con respecto al patrimonio, pues las personas siguen siendo el principal agente destructor.